martes, 24 de enero de 2012

Yo también juego


Los latidos retumban en tu cabeza, los puedes sentir en tu sien, presurosos, intentando escapar. Algo se enrosca en la boca del estómago y amenaza con subir. El índice izquierdo intenta desesperado aliviar inconscientemente la presión que ejerce el cuello de la camisa. Miras fijamente el segundero hasta que casi crees que se detiene. Un par de vértebras crujen cuando vuelves a levantar la cabeza y un olor casi imperceptible intenta captar tu atención. Por fin levantas la mirada y ves mi pícara sonrisa. Lo único que aciertas a decir es: "Yo también juego"